Siempre luce el sol ahí afuera,
pero se vuelven negras a mis ojos
tus aceras...
Piedras que caen sin sentido,
¿quién conforta el duelo
de un corazón sin latido?...
Y sentir que me esperas,
sonriente serpentea
la vereda...
Sierpes, sierpes,
qué larga la calle en tu ausencia...
jueves, 24 de julio de 2008
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